Lograr la independencia financiera es el objetivo de la mayoría de inversores. Hay quien trata de alcanzarla especulando en bolsa a corto plazo y otros que lo hacen de manera paciente llevando a cabo una determinada estrategia.
Entre este tipo de estrategias se encuentra la denominada inversión por dividendos, que además de ser sencilla de entender, no nos quitará demasiado tiempo. Esta se basa principalmente en la compra de acciones de empresas con una elevada rentabilidad por dividendo.
Con esta estrategia el cobro de los dividendos pasa a ser un ingreso recurrente que sirve para complementar otras rentas de las que disponga como la nómina o la pensión. También puede ser útil como parte de un plan para aumentar un patrimonio a lo largo de los años, de manera que los dividendos recibidos se irían reinvirtiendo en la propia cartera. De este modo, se producirá un efecto bola de nieve mediante el cual recibiremos aún más dividendos el día de mañana.
¿Cuándo puede ser una buena idea?
Esta estrategia tiene aún más sentido en un momento como el actual en el que los Bonos del Estado y los depósitos apenas ofrecen rentabilidad.
Si además tenemos en cuenta que lo más seguro es que las pensiones vayan perdiendo poder adquisitivo en el futuro, cobra especial relevancia la figura del ahorro y la inversión como garantía para poder mantener un buen nivel de vida en el futuro.
En este sentido, la idea de ir haciendo crecer una cartera de valores de manera progresiva es perfecta para lograr una de las claves en el mundo de la inversión: la diversificación. Siempre hemos oído hablar de la diversificación geográfica o sectorial como método para reducir el riesgo, ahora toca reflexionar sobre lo que se denomina diversificación temporal. El hecho de ir comprando en diferentes momentos del tiempo hará que nuestra inversión sea menos sensible a caídas puntuales del mercado.
Además del cobro de dividendos, otra vía para generar rentabilidad es la propia revalorización de las acciones, teniendo siempre en cuenta que la bolsa es impredecible y que existe el riesgo de que la valoración de nuestra cartera descienda. A modo de recordatorio, cabe decir que desde sus inicios en los años ochenta hasta marzo de 2018, el Ibex ha obtenido una rentabilidad anualizada del 7,6%. Lógicamente, este es un rendimiento que podría no repertirse en el futuro, pero sí nos puede servir de base para tomar una decisión de inversión.
¿Qué tipo de empresas reparten dividendo?
Ya sabemos que cualquier inversión en bolsa lleva consigo el riesgo de que caigan las acciones. Sin embargo, las empresas que reparten dividendo normalmente lo hacen porque se lo pueden permitir, lo que no deja de ser un signo de la estabilidad de sus cuentas. Además, se da la circunstancia de que el mercado español es uno de los más generosos en lo que a rentabilidad por dividendo se refiere.
¿Cuáles son las empresas con mayor rentabilidad?
Antes de entrar en harina conviene recordar lo que significa el término rentabilidad por dividendo. Este no es más que un indicador que nos muestra la rentabilidad que percibe un accionista en un año determinado. Se calcula como el cociente entre el dividendo anual que reparte una empresa y el precio de sus acciones en el mercado.
Para elegir las acciones que formarán parte de nuestra cartera basta con realizar una clasificación de las empresas que presenten una mayor rentabilidad por dividendo. Un inversor no debe preocuparse por realizar el cálculo de la rentabilidad por dividendo, ya que hay infinidad de portales de internet que publican y actualizan constantemente esta clasificación.
Por ejemplo, dentro del índice IBEX 35, en marzo de 2018 algunas de las compañías que mayor rentabilidad por dividendo presentan son Endesa (7,6%), Mediaset (6,5%), Repsol (6,2%) o Gas Natural (5,5%).
Pocos cambios en la cartera
Otra de las ventajas de esta estrategia es la reducida rotación que requiere, lo que nos ahorra tiempo y gastos en comisiones de compraventa. Lo que sí es cierto es que con el paso de los años esta clasificación puede ir variando y nos obligará a realizar cambios puntuales.
Debemos tener en cuenta que la decisión de repartir dividendo la toma la directiva de una empresa, y que en cualquier momento puede modificarse o cancelarse. En ocasiones hay empresas que dejan de cotizar al ser compradas por otras, como ha ocurrido en el pasado con Jazztel o Banesto, y más recientemente con Abertis. En otros casos, las acciones suben tanto que la rentabilidad por dividendo de la empresa en cuestión desciende y deja de estar en las primeras posiciones de la clasificación.
¿Cómo puedo poner en práctica esta estrategia?
Lo primero que hará falta es buscar un bróker mediante el cual poder comprar las acciones y mantenerlas en cartera. Más allá de las comisiones que cobren, es muy importante seleccionar uno con experiencia, buena atención al cliente y que ofrezca servicios como cursos gratuitos de bolsa.
En este tipo de estrategias a medio y largo plazo es importante que las comisiones de custodia no se coman la rentabilidad de tu inversión. Los inversores interesados en este tipo de estrategia de "comprar y mantener" están de enhorabuena ya que Self Bank ha lanzado una cuenta que elimina la custodia de valores: la cuenta Bolsa sin custodia.